En el tiempo en que empiezas tu vida independiente, consigues tu primer empleo, mala paga y mucho que hacer. Sientes que la nómina es una fortuna y que puedes irte de viaje alrededor del mundo dentro de algunos meses. Aún no estas viciado por los empleados deprimentes que lamentan perder su tiempo trabajando. Falta mucho para que llegues al punto de odiar tu trabajo. Unos años antes de cumplir los 20.
Un día de esos, vas caminando por un centro comercial no muy popular, pero con una variedad de tiendas típica de los comerciales recién abiertos. Ves una librería. Y como tu instinto de lector te domina, entras por un libro. Entre todos esos estantes de madera con libros y los estantes metálicos con recuerdos y esas tarjetas de felicitaciones, ves una imagen así...
Por una extraña razón escuchas en tu mente la canción de moda de la radio "Stars" y no puedes evitar el impulso de comprarlo con el tan solo recuerdo de una canción. A lo mejor es el diseño, o las letras, o los colores, pero lo tomas en tus manos y con el corazón a máxima velocidad te acercas a la caja registradora, preguntas el precio, sacas tu billetera del pantalón y lo pagas. El recibo y una bolsa acompañan al tan valioso cuadrado de plástico.
Caminas de regreso al vehículo que conduce tu hermano con una sonrisa en el rostro y la satisfacción de que compraste tu primer compacto y con más orgullo de saber a quienes escucharas en algunos minutos.
Señoras y señores: Switchfoot.
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