¿Acaso no es emocionante?
Y durante estos siete u ocho años he conocidos personas increíbles y fascinantes. Entre ellos hay una pareja muy particular a la que aprecio más cada día: Fer y Luisa.
Conocí a Fer cuando aún estudiaba la secundaria. Proveniente de no sé donde ni hace cuanto. Pertenece al tipo de familia que son divertidos por naturaleza e incluso intoxicantes cuando están todos juntos. Bromas aquí, chistes allá, risas y más risas hasta que te da un espasmo en la cintura o te desmayas por la falta de oxigeno. También del tipo de gente que cuando necesita hacer algo lo hace con ganas y con pasión, con paciencia y tienen esa personalidad de "maestro" que cuando necesitas ayuda, sin duda, encontrarás una solución en sus palabras.
Y en la otra esquina esta Luisa. Podría decir que ella es la mujer soñada por cualquier hombre soltero de clase media en latinoamérica: piel clara, ojos claros, cabello castaño y rizado con una peculiar sonrisa y un tono de voz inconfundible. Extrovertida, divertida y muy madura para tener menos de veinte años. Amante de los niños y con una pasión increíble por el arte.
Separados son geniales y juntos son increíbles. Solo recuerdo a unas cuantas parejas que demuestran tanta compatibilidad siendo tan diferentes. Ellos tienen su propia historia en donde, aparentemente, yo fui el responsable de que ahora estén juntos. Por supuesto que no recuerdo ni como, ni cuando, pero si yo fui una pieza clave en el destino de sus vidas es mayor razón para sentirme orgulloso de ellos.
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