Todo mundo tiene sus minutos de fama. Yo tengo la mañana del 26 de octubre.
Cada año en esta peculiar fecha, un grupo no muy grande pero si lleno de personas increíblemente geniales, se encargan de recordar a este imperfecto, bullicioso y diminuto individuo lo especiales que son en su vida, no por las cosas que le podrían regalar, sino por el hecho de que este individuo vive en sus corazones. De no ser así ¿por qué se tomarían la molestia de darme sus buenos deseos y palabras de aliento?
No importa si es una llamada, un correo o una sonrisa, lo más importante es que hacen que una mañana te logres sentir más querido que de costumbre.
Comentarios
Ten en cuenta que para mi ya es 27