Si. Hablo del Capitán América. Pero no precisamente del superhéroe llevado a la pantalla durante este año, sino del enclenque, flacucho y enfermo personaje que era antes de convertirse en el famoso personaje. Este chico se llamaba Steve Rogers.
Steve Rogers (según la película de este año) era un chico delgado, pequeño y sin mucha condición física. En otras palabras diría que soy yo, salvo que no soy rubio y mucho menos seré soldado. Es el ejemplo perfecto de lo que las mujeres NO BUSCAN. Un chico pequeño y algo tímido, con un amigo que intenta conseguirle una pareja, pero en su afán de ser reconocido siempre las ignora persiguiendo su sueño de ser soldado. Su solicitud es rechazada en cuatro ocasiones y todo mundo le dice lo mismo: No serás soldado.
Nadie parece valorar su actitud excepto un desconocido que resulta ser un científico alemán. Luego se convierte en un super soldado.
Lo interesante del asunto, es que una agente lo reconoce por quién es y no por cómo se ve. Podemos ver a una Peggy preocupada por lo que harán con el chico, una mujer que tiene fe en el mucho antes que los oficiales del ejercito. Y aunque todo mundo lo niegue, Peggy no se enamora de Steve Rogers después del experimento, lo hace antes de esto. Peggy se enamora de Steve cuando hablan sobre un baile.
Muchos hombres somos como Steve, llenos de defectos y de un mundo entero que nos dice que no tenemos lo que se requiere para ser hombres. Una sociedad en donde los méritos son más importantes que la esencia de un hombre. Lo más triste del asunto es que estos Steve-Hombres no saben que tienen la actitud que los científicos locos y las mujeres valientes buscan: valor.
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