Todo hombre en su vida emprende un viaje al centro de su corazón, en donde se encuentra con su verdadero yo. El lugar en donde conocerá su verdad y su identidad. En donde recibirá su nombre y podrá ser contado entre los hombres verdaderos.
Este viaje empieza de muy distintas formas. Nunca es igual en ningún hombre. Sin embargo, todos deberán atravesar lo que King George conoce como "La Caminata" el viaje de un niño para convertirse en hombre.
Para esto, todo hombre deberá renunciar a todo lo conocido, a la seguridad de su habitación, a la máscara de estudiante o empleado, a las falsas expectativas, al control de las cosas, a las defensas emocionales, a los cálidos brazos maternos y a la hermosa compañía femenina. Deberá ser guiado por un hombre. Alguien que conozca el camino y quien pondrá pruebas y dificultades para que el ahora niño resuelva con su intelecto y sus habilidades y regrese a casa como un hombre.
Es algo que todos los hombres deben hacer sin excepción.
Evitar que un hombre vaya a su caminata es como si se castrara a un semental, es robarle su identidad, es robarle la oportunidad de ser hombre. El hombre terminará siendo siempre un hijo de mami y vivirá el resto de su vida en una muerte silenciosa. Eso si, será amable y obediente, pero con el tiempo se convertirá en un ser aburrido, sin propósito y sin iniciativa. Será un muerto viviente.
La caminata empieza cuando un hombre se despierta y se da cuenta que su vida es una farsa. Cuando se da cuenta que no tiene una identidad y que no tiene la más mínima idea de adonde se dirige.
Allí comienza la verdadera caminata...
Este viaje empieza de muy distintas formas. Nunca es igual en ningún hombre. Sin embargo, todos deberán atravesar lo que King George conoce como "La Caminata" el viaje de un niño para convertirse en hombre.
Para esto, todo hombre deberá renunciar a todo lo conocido, a la seguridad de su habitación, a la máscara de estudiante o empleado, a las falsas expectativas, al control de las cosas, a las defensas emocionales, a los cálidos brazos maternos y a la hermosa compañía femenina. Deberá ser guiado por un hombre. Alguien que conozca el camino y quien pondrá pruebas y dificultades para que el ahora niño resuelva con su intelecto y sus habilidades y regrese a casa como un hombre.
Es algo que todos los hombres deben hacer sin excepción.
Evitar que un hombre vaya a su caminata es como si se castrara a un semental, es robarle su identidad, es robarle la oportunidad de ser hombre. El hombre terminará siendo siempre un hijo de mami y vivirá el resto de su vida en una muerte silenciosa. Eso si, será amable y obediente, pero con el tiempo se convertirá en un ser aburrido, sin propósito y sin iniciativa. Será un muerto viviente.
La caminata empieza cuando un hombre se despierta y se da cuenta que su vida es una farsa. Cuando se da cuenta que no tiene una identidad y que no tiene la más mínima idea de adonde se dirige.
Allí comienza la verdadera caminata...
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