Durante la última semana, todos los rincones estuvieron envueltos en un rojo y blanco insaciable. La forma inconsistente de un corazón humano, estuvo impresa en millones de objetos: chocolates, tarjetas, globos, camisetas, juguetes, vehículos, buses, celulares, joyería, etc. Después de millones de citas, cenas, regalos y toda la gama de acciones que se desprenden de esta celebración, viene a mi mente la pregunta para un millón ¿Feliz día después de San Valentín?
Seguramente, millones de flores fueron mutiladas para terminar aplastadas dentro de un libro, marchitas en un florero sucio o en casos extremos, en la basura. Los chocolates, ahora se encuentran dentro del sistema de muchas mujeres, llevando grasa indeseada a lugares muy visibles y en el caso de los hombres, esta grasa intenta salir en unas minúsculas erupciones en el rostro, brazos o espalda.
Las tarjetas y postales serán almacenas por una coleccionista en su caja de recuerdos de por vida o serán olvidadas dentro de un cajón. La joyería ingresará al grupo ya existente para romper la combinación armoniosa creada para las horas pasadas. La comida, muy pronto será expulsada del organismo y el color rojo pasará de moda.
¿Que moraleja podemos extraer de esta actividad?
En ningún instante estoy desvirtuando las emociones que se expresan en estos días y lo que se intenta demostrar en estas 12 horas (porque dudo que alguien este las 24 horas del 14 de febrero abrazando y besando a todo mundo).
Algunos colocan esta festividad como algo creado por las multinacionales para que se compren artículos de la temporada que no durarán mucho. Alguien me aseguraba que esta fiesta proviene de un señor que se suicido por amor a no sé que otra personas. Y otros creen que es una tradición muy, muy antigua.
Lo cierto es que la creatividad y el nivel de detalle que presenta mucha gente en estos días, también debiera ser acompañado por lo espontáneo del momento. No debe esperarse un año para decir y hacer aquello que puede hacerse cualquier día.
Cualquier mediocre tendrá las agallas para proponer matrimonio ese día. Cualquiera podrá abrazar a miles y decir "Te quiero" sin temor a una relación formal, porque el día se "presta" para decir todo esto. Se encuentran poemas y leyendas ya escritas.
Pero solo aquellos valientes capaces de hacer locuras por amor, escribir canciones y poemas, y crear con sus manos aquellas frases, imágenes y sonidos en el instante en donde la inspiración ocurra, ese día sera su verdadero día de San Valentin.
Por cierto, ¿Quien rayos fue San Valentin?
Comentarios