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EL ESCAPISTA (I)


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El usar el transporte público, te da una ventaja de conocimiento que muchos no aprecian. Si fueras mercadólogo, solo necesitarías subirte a un bus para saber que necesita la gente que usa el bus. Si fueras un publicista (como yo) sabrías qué signos, símbolos e iconos son atractivos para ese público. Si fueras un vendedor, alguien te compraría algo seguramente. Si fueras un psicólogo encontrarías muchos problemas emocionales... y la lista puede seguir.

Los buses tienen la capacidad de hacer pública la opinión de alguien. Las personas que suben a un bus, se arriesgan todo el tiempo a que su privacidad sea abatida. Así que los buses son el peor lugar en donde puedas abrir tu corazón para contarle algo personal a un amigo o a cualquier persona. Sin embargo la gente lo hace sin pensar en a quien tienen al lado.

Así es como te enteras de muchas cosas que ocurren en el mundo. Así te enteras de las cosas que le pasan a las personas en sus propios mundos.

Hoy, un hombre de mediana edad conversaba con una chica (muy bonita por cierto) a quien, en diez minutos, resumió una adolescencia y juventud de desastres amorosos para terminar diciendo "al final me quedé con ella". La chica simplemente escuchaba y repetía algunas cosas. El hombre con gran propiedad hablaba sobre lo difícil que es la vida de casado y de cómo el tiene que aguantar las cosas de su esposa y sobre todo de su capacidad para resolver los conflictos con su esposa, huyendo del lugar para esconderse tras su mamá o sus amigos.

En menos de cinco minutos, el hombre hizo parecer a su esposa como la culpable de todas sus peleas en casa. También la hizo quedar como la chica que "coquetea" con todos los de su trabajo y de cómo él (tan maduro) es capaz de sacrificar su matrimonio con tal de que ella siga coqueteando con los de su trabajo. Él se auto proclamó la víctima.

En ese momento, mi primera reacción fue querer lanzarme sobre el tipo y golpearlo, pero en lugar de eso, decidí meditar en cuales eran las razones por las que un hombre llega a hacer (o decir, en este caso) cosas como estas.


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