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Mostrando las entradas de marzo, 2014

Walter Mitty: La #25 (III)

¿Recuerdas esa sensación de perder el final de una buena película o no poder comer la cereza del pastel? ¿Ese pequeño detalle que te llena la cabeza con la impresión de que dejaste algo inconcluso? A esto le llamaremos: la #25. Cuando falta ese detalle, que parece tan insignificante, y quedas con la expectativa de cómo debía terminar el asunto; cuando pasan años y aún tienes ese pequeño pensamiento acerca de ese mismo detalle y cuando la vida parece insostenible por la incertidumbre... eso es la # 25. Es la quintaesencia. La imagen/detalle/palabra que resume una vida. La # 25. Aunque lo niegue la mayoría, todos tenemos algo inconcluso en la vida. Quizá es algo que no esta dentro de nuestro alcance, algo que no podíamos resolver por nuestra cuenta. Algo por lo que no nos pidieron permiso. Algo que solo pasó y nos convirtió en lo que somos. Algo que nos hace falta. Ese algo es la # 25. No os confundáis: la #25 para algunos tendrá nombre y apellido, pero no. La #25 no es una pers

Walter Mitty: Todos fuimos Walter (II)

Walter es la encarnación del tipo común. Ese individuo que tiene trabajo y problemas. Alguien que podrías conocer en la Universidad, la cafetería o en el automóvil de la derecha. Es un tipo común con sueños... igual que todos los demás. Aunque el resto del mundo intente alejarse todo lo posible del hombre común, todos hemos sido alguna vez el hombre común. Yo fui un hombre común alguna vez; mi padre lo fue en su momento; y mis abuelos en algún momento lo fueron. Probablemente mis amigos, los amigos de mis amigos, los familiares de mis amigos y los amigos y familiares de los familiares de mis amigos y/o desconocidos lo fueron (o serán) en algún momento. Todos fuimos, somos y seremos en algún momento de nuestra vida personas comunes. Sin embargo, todos los hombres comunes tienen la capacidad de superar la etapa de individuo común. Eso es lo grandioso de ser un humano: los humanos no somos comunes. Ninguna especie viva de la tierra puede conscientemente ostentar a un ideal de rec

Walter Mitty: Autodescubrimiento (I)

Ben Stiller ha sido protagonista de más de una decena de películas de estilo murphy-exasperante:  ese género en donde todo lo que puede salir mal con el protagonista, ocurre, y ni el protagonista ni el espectador pueden hacer nada para cambiarlo; al final quedas con un mal sabor de boca... hasta que aparece Walter Mitty. Este largometraje, en lugar de ser una película como tal, parece más el viaje de autodescubrimiento de Ben, quien ha sido injustamente etiquetado y que ahora, con merecida razón, puede estar considerado entre el selecto grupo de directores/actores que hacen una buena película. Ben ahora no tiene nada que envidiar a personajes como Clint Eastwood, Ben Affleck o Woody Allen. La historia que Ben nos cuenta, la narra con el alma y está plasmada en una producción tan bien realizada que, literalmente, no parece que Ben la hiciera. Ahora Ben es mi héroe. Nunca he sido fan de las películas de Ben, pero cuando se metió en los zapatos de Walter, se ganó más que solo mi a

Hay más que eso... hay más.

Las usan para todo: para vender lápices y automóviles; para anunciar golosinas y vacaciones; facturar seguros o una excitante fiesta nocturna. Las usan para todo y todos parecen aceptarlo, incluso ellas (no todas, por supuesto). Fueron provistas de una fortaleza natural: son hermosas. Desde chiquillas sonríen e iluminan la vida de muchos. Crecen y se convierten en seres cautivadores de mentes y corazones. Cada día son responsables de que los humanoides masculinos suspiremos por ellas (especialmente si son morenas). ¿Cómo traduce el mundo esa hermosura? No lo sé con certeza. Lo cierto es que adonde quiera que volteo veo cuerpos y rostros casi perfectos que me invitan a soñar. Entonces veo detenidamente a las mujeres a mi alrededor, con mis engañosos ojos descubro que todas son imperfectas, por lo tanto, perfectas. Algunas de ellas se esfuerzan cada día por ser más hermosas y complementa su belleza natural con ornamentos que compensan la falta de perfección. No tiene nada de mal