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Mostrando las entradas de abril, 2012

MARIPOSAS Y SARTENAZOS (y III)

¿Está condenado todo mundo a sufrir conflictos en las relaciones? Tristemente...si, pero se supone que la base de una relación son amor, comunicación y respeto por la otra persona, así que los conflictos no deberían ser lo único en una relación. Son inevitables, si, pero más llevaderos si se tratan de forma adecuada. Un ejemplo claro de cómo es esto ocurrió con mis padres. Mis padres tiene más de 30 años casados y no pasa una semana sin que discutan por algo. Lo interesante es que cuando uno de ellos se molesta, el otro intenta arreglar las cosas y no pasa más de una noche y asunto resuelto. En un principio no fue así. Mi madre era una mujer extremadamente celosa. Mi padre no podía llegar algunos minutos tarde porque ella se enfurecía y cuando lo veía le aventaba los platos, literalmente. Mi madre peleaba con él por todo. Mi padre, sin embargo, aguantó toda esa situación hasta que decidió que ya no dejaría que eso pasara. Un par de pláticas y ayuda profesional y eso desapareció

MARIPOSAS Y SARTENAZOS (II)

Como decía en la entrega anterior, los humanos somos cajas de sorpresas. Tenemos tantas conductas y costumbre que resulta prácticamente imposible conocer a alguien al cien por cien. Un ejemplo de ello es que desconocemos muchos hábitos que todos los demás ven, pero nosotros obviamos. Esto se manifiesta más cuando vives con alguien que viene de un contexto diferente. Supongamos que una chica viene de una familia en donde todo debe estar en su lugar, todo debe estar limpio y nadie ABSOLUTAMENTE NADIE puede usar las cosas del otro. Esta chica conoce a un chico guapo que resulta ser muy divertido y además es fotógrafo*. Salen junto, se vuelven novios y finalmente se casan. En ese momento todo va bien hasta que la chica se da cuenta de que su esposo es muy poco organizado, deja caer migas en toda la casa y cuando sale del baño usa las sandalias de ella. La verdad es que cuando estas enamorado de alguien, no te das cuenta de que tiene hábitos que seguramente odiarás y, si los identifi

CONTEXTOS

Allí tienen a mi madre de 17 años en la relación más seria que jamás haya tenido en su vida. Un hombre que le promete el sol, la luna y las estrellas si le otorga la gracia de ser su pareja. Mi madre enamorada como no hay otra. Mi madre descubre el engaño: el hombre estaba a punto de casarse con otra y solo quería tener sexo con ella. Mi madre hasta el suelo. Mi madre se vuelve cristiana, luego emigra a la ciudad a donde está su hermana mayor que ya tiene hijos y un esposo. La humillan por donde no hay más, incluso la hacen dormir en la calle. Un día sin más la echan y mi madre muy pobre empieza a trabajar y se va a vivir sola. Solo puede pagar el alquiler de su habitación y duerme en una improvisada cama. No desayuna, no cena. Sola. Mi madre encuentra una iglesia. Conoce a un joven de mi edad. Es atractivo pero parece orgulloso. Lo rechaza luego de una broma tipo "¿Se casaría conmigo?". Mi madre al fin lo comprende, es el hombre de su vida. Apenas son novios 6 meses. Pel

MARIPOSAS Y SARTENAZOS (I)

En una de esas sobremesas extensas que son comunes en mi familia, tuvimos la compañía de mi hermano mayor y su hermosa esposa. La conversación corría de uno a otro tema hasta que terminó convergiendo en la típica discusión entre parejas de diferentes edades que se aconsejan la una a la otra. Fue bastante obvio el notar que las parejas, sin importar cuanto tiempo tengan juntas, tienden a tener conflictos entre sus miembros. Mis padres tienen 31 años de casados. Mi hermano apenas llegará a su segundo año. Sin embargo, fue bastante fácil para mi comprender el asunto: los hombres hacen muchas cosas que molestan a sus esposas y sus esposas... también . No hace falta ser un experto para entender que cuando hay humanos en una relación, también habrán problemas y conflictos . Los humanos son criados y formados en un contexto que es influenciado por múltiples factores tales como el lugar de nacimiento, el idioma o cultura del lugar, costumbres y religiones, etc. Si sumamos las variables g

STOP "FACIL"

Ayer leía un post de una querida blogguera a quien sigo desde hace meses. En su publicación hacía referencia a la mala costumbre que muchos hombres, e incluso mujeres, tienen de tildar a ciertas mujeres de "fáciles". Note el énfasis en mujeres. Y si usted no esta consciente de esto, SI, muchos hombres tienen el descaro de etiquetar a algunas mujeres de fáciles. Acá haré mi paráfrasis de la pregunta que Dios le hizo a Adán ¿Quien te dijo que las mujeres eran fáciles? De no ser por la publicación antes mencionada, nunca habría caído en cuenta de que yo tenía la misma creencia de las mujeres fáciles. Cada palabra de este artículo me golpeaba como si todas las chicas a quienes en algún momento califiqué de fáciles me abofetearan con ladrillos. No me había dado cuenta de que en realidad tenía una forma muy pero muy fea de clasificar a las mujeres. Y digo "tenía" por el hecho de que decidí (desde ayer) dejar esa ideología por una mas consciente y justa. Decidí

LA RUEDA DESEMPEÑO/ACEPTACIÓN

No recuerdo si ya hable sobre esto pero creo que es necesario seguirlo mencionando. Hay miles de personas en el mundo atrapadas en algo que podemos llamar La Rueda desempeño/aceptación  (Joyce Meyer). Es un circulo vicioso que se forma desde la niñez en donde una persona percibe que puede ser aceptada o amada solo si su desempeño es perfecto. Desde niño, se recibe la impresión de que para ser aceptado es necesario sobresalir en algún aspecto. Pareciera que se esta midiendo el desempeño y comparándolo con el de otros. Se le pide a un niño ser igual o mejor que su primo o amigo; se le pide a una persona tener los resultados de la otra; se le pide a una mujer que se comporte como tal otra. Es como si todo mundo estuviera empeñado solo en ver el desempeño de los demás. Entonces los niños crecen creyendo que solo si tienen un buen desempeño podrán ser felices. Acá es donde se forma el circulo vicioso: Una persona intenta ser mejor y fracasa, lo intenta de nuevo y vuelve a fracasar, e in

MI HISTORIA CON... SUSY (I)

En este extenso asueto que, gracias a la herencia romana, nos han dado, tuve la oportunidad de meditar y recordar en algunas cosas que han pasado en mi vida. En medio de esas reflexiones, recordé a mis amigos y amigas de infancia y adolescencia, las personas que estaban antes de las que ahora están en mi vida (y se quedaron) de las que ya escribí en la víspera de mi cumpleaños número veinticinco (para los nuevos buscar en octubre 2011). Fue entonces cuando me di cuenta que en mi vida han habido chicas que han aparecido por cortos períodos de mi vida y que de una u otra forma puedo recordar. Chicas con quienes he tenido una pequeña historia. La primera a la que puedo recordar es a Susana A, conocida por mis compañeros de clase como la Susy. Quien tiene más 13 años de conocerme (casi nadie) recordará de quien estoy hablando. Una chica pequeñita, en toda la palabra, con una cuantas pecas en su rostro, ojos pequeños, pelo negro y liso. Siempre usaba una tiara o diadema y siempre fue