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MARIPOSAS Y SARTENAZOS (I)

En una de esas sobremesas extensas que son comunes en mi familia, tuvimos la compañía de mi hermano mayor y su hermosa esposa. La conversación corría de uno a otro tema hasta que terminó convergiendo en la típica discusión entre parejas de diferentes edades que se aconsejan la una a la otra.

Fue bastante obvio el notar que las parejas, sin importar cuanto tiempo tengan juntas, tienden a tener conflictos entre sus miembros. Mis padres tienen 31 años de casados. Mi hermano apenas llegará a su segundo año. Sin embargo, fue bastante fácil para mi comprender el asunto: los hombres hacen muchas cosas que molestan a sus esposas y sus esposas... también.

No hace falta ser un experto para entender que cuando hay humanos en una relación, también habrán problemas y conflictos. Los humanos son criados y formados en un contexto que es influenciado por múltiples factores tales como el lugar de nacimiento, el idioma o cultura del lugar, costumbres y religiones, etc. Si sumamos las variables genéticas y sociales, obtendremos a una persona con una ideología, cultura y costumbres únicas.

Es lógico pensar que siendo cada persona única y con un contexto en particular, cuando se relaciona esta con otras personas se dará un choque que puede ser positivo o negativo. En palabras simples, te puede agradar o no otra persona. Y como todos somos cajas llenas de sorpresas, venimos con características positivas y negativas que hará que las personas amen y desprecien cosas en nosotros. Eso es la raíz de los conflictos en las relaciones.

Lo que si es una verdadera revelación, es cuando se cae en la cuenta de la profundidad de esos conflictos y de lo reales que son en la vida de las personas.

En la próxima entrega, veremos algunos ejemplos bastante comunes. Mientras tanto podéis comentar sobre el asunto con vuestros conocid@s.


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