La sociedad cada día se insensibiliza más a causa de la injusticia social y los problemas a los que todo el mundo esta expuesto (incluyendo a los niños). Este nivel de "enfriamiento" ha provocado que muchos hombres pierdan el interés por la aventura y que las mujeres pierdan su feminidad sensible por agresividad y trabajo duro, queriendo ser tan competente como el hombre.
El comportamiento de los adultos afecta a los pequeños. Abandonados por padres trabajadores que durante el día desaparecen físicamente y de noche, emocionalmente. Hombres que se entregan a la televisión en lugar de jugar con sus chicos; mujeres que anhelan tener vidas emocionantes en donde no se involucren a los niños. Gente que se queja y discute por todo.
¿Acaso ninguno de estos chicos soñó con ser un héroe que rescate la ciudad de un ataque de hormigas gigantes o ninguna de estas mujeres soñó con ser rescatada por un valiente príncipe? Lo más seguro es que todos tenían sueños, pero los adultos terminaron con su esperanza de aventura empujándolos a madurar antes de lo que debían. Fueron frustrados.
Las historias de princesas, brujas y príncipes son invenciones humanas que vienen incluidas dentro de nuestro cerebro primitivo. Sin ellas ningún niño nunca deseará ser un héroe, ninguna niña deseará ser rescatada por un valiente, no conocerán la emoción de la aventura, no serán niños.
Tristemente, mi madre nunca tuvo de niña la oportunidad de sentirse princesa, fue obligada a madurar. Cincuenta años más tarde, se encuentra de nuevo con su infancia: una niña a su cuidado. Todas las aventuras que pudo tener, todas la muñecas quiso jugar, toda la ropa de princesa que quiso tener, ahora la tiene a través de una chiquilla que está a nuestro cuidado.
¿Debería destruir toda las imágenes de princesas solo para evitar un estereotipo social? Es me suena más egoísta que constructivo. La frustración de mujeres y hombres se refleja en un "esos son cuentos de hadas" que destruyen la imaginación de un niño. Luego se preguntan porque sus hijos no confían en ellos.
¿Las princesas son del diablo? Esa no es la verdadera pregunta. La pregunta real debería ser ¿Estamos haciendo de nuestros pequeños unos príncipes y princesas reales que sueñan en grande? Porque si no lo hacemos nosotros, el mundo los hará a su antojo.
Comentarios
toda esa literatura estaba muy bien en la época medieval, pero ya hace muchos siglos de eso y los clichés no pueden ser los mismos.
Un saludo