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GRACIAS JULIO

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No podemos negar que en nuestra corta existencia humana dentro de este terráqueo, hemos estado inmunes a pasar por momentos de pena, vergüenza o culpa. Es normal. Quien no haya sentido pena o vergüenza no es humano.

¿Como se produce la vergüenza? Gracias a los desaciertos o a la opinión externa.

Muchos hemos afectados sobre la que se obtiene gracias a los desacierto. Sabemos que hemos metido la pata y en mi tierra dice "trágame tierra". Queremos meter la cara en el agujero más profundo del planeta, que irónicamente nunca está cerca. Sucede que si estuvimos acompañados, nuestra compañía se burlará de nosotros por un tiempo, y muchos años después. Si estuvimos solos, pues nos acompañará en las sonrisas cuando vayamos en bus o en el metro.

La otra forma se produce cuando alguien te cuenta sobre algo que tu has hecho y que no fue del todo satisfactorio. En pocas palabras, no le gustó más de algo. Este tipo de vergüenza probablemente será la que más afecte a las personas, pero es la que más servirá para crecer en este mundo. Aquellos que reciben críticas, por buenas o malas que sean, será mucho mejor personas y profesionales que aquellos que no las reciben, porque nunca avanza.

No recibir críticas es bastante confortable, pero no es útil. Por el contrario, recibirlas no es muy gratificante, pero es mucho más útil que sentirse cómodo.

Luego está el otro lado: el receptor (en otras palabras, nosotros mismos). Quien recibe una crítica, no importa en que tono, y la acepta, seguramente se casará, tendrá hijos, una casa, un buen trabajo, nuevas oportunidades, dinero, etc.... Pero quien no las recibe, cae en algo conocido como estancamiento en donde no dejará llegar a mejorar lo que es.

Sé que las críticas en ocasiones halagan o disuaden, pero lo importante es apreciar a quienes nos critican, porque nos hacen distinguir los obstáculos, en medio de la niebla del orgullo personal.

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