Quitar a las mujeres del mundo sería quitar la mitad de la belleza entera del mundo. Aunque los hombres nieguen y se revuelquen en sus berrinches, las mujeres son más que necesarias en nuestro mundo. No por lo que hacen sino por lo que son, mujeres.
Si observamos esto desde una perspectiva modernista, las mujeres hoy más que nunca son piezas clave en el desarrollo de la vida humana. Son parte de la fuerza productiva de cada nación y cada comunidad. No importa si están dentro del hogar o como presidentes de una mega-corporación, las mujeres son importantes y punto. Están en todas partes realizando todo tipo de tareas complementando e incluso liderando a muchos hombres. La evolución superorgánica las ha colocado en lugar especial siendo tan o más importante de lo que los hombres hemos sido a lo largo de toda la historia.
Por lo anterior, me es necesario haceros reflexionar sobre un asunto: las mujeres hoy se han vuelto más insensibles que nunca. Las sociedad les ha pedido y exigido comportarse como uno más, valorándolas como hombres e imponiendo que asuman un papel que no les corresponde pero que, sin quejas, lo toman.
La culpa de la insensibilidad de la actual insensibilidad de las mujeres la tienen los hombres, o los que se dicen ser hombres, quienes han herido y lastimado a diestra y siniestra a toda mujer que ha querido amarlo, complementarlo o ayudarlo. Muchos hombres han rebajado a las mujeres a un nivel inferior cuando deberían estar en un nivel superior al nuestro. Muchos hombres se han acobardado ante algún evento y las mujeres han tenido que coger esa carga y hacer lo que los hombres deberían haber hecho. La culpa de eso la tienen los hombres.
Las mujeres tienen la capacidad de entregarse sin medir consecuencias (que lo niegue rocio si no es cierto) y muchos hombres no han sabido entender eso. Al no entenderlo, sienten miedo y los humanos tendemos a rechazar todo aquello que tememos o no entendemos. Cuando un hombre rechaza a una mujer no por no amarla, sino por ser un cobarde, le está robando la vida.
Hoy, en nombre de todos los verdaderos hombres, quisiera pedir perdón a todas las mujeres del mundo: Perdón por no tratarlas como se merecen. Perdón por haber abusado de su confianza y de su entrega. Perdón por haber mentido y engañado, haciéndoles creer algo que no es cierto. Perdón por sentir miedo de que se acerquen a nosotros. Perdón por haber sido tan cobardes y haber corrido cuando ustedes ya nos habían elegido. Perdón por haber actuado como niños cuando se requerían hombres. Perdón por ignorarlas. Perdón por competir con ustedes. Perdón por no entenderlas. Perdón por todo lo que hemos hecho.
Sé que esto no arreglará las cosas que hemos hecho, pero no quiero que pase un día más sin que sepan que hay hombres que de verdad se enfurecen cuando ustedes no son tratadas como se lo merecen.
Imagenes vía vi.sualize.us
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Un abrazo