No importa que tan malo haya sido tu día o que tan mal te sientas, que tengas mucha tensión o mucho sueño, que no tengas suficiente ánimo o alegría, que tengas poco tiempo, que no tengas mucho dinero... un helado nunca puede ser rechazado. Dentro de las miles de formas en que puedes demostrarle a alguien cuanto lo aprecias, compartir un helado es y será una de las formas de querer a alguien sin decir una sola palabra. La próxima vez que alguien te pregunte ¿Quieres un helado? Ten por seguro que significas mucho para quien lo pregunta. ¿Quieres un helado?
No andaba muerto... solo disfrutando de la vida.