No recuerdo si ya hable sobre esto pero creo que es necesario seguirlo mencionando. Hay miles de personas en el mundo atrapadas en algo que podemos llamar La Rueda desempeño/aceptación (Joyce Meyer). Es un circulo vicioso que se forma desde la niñez en donde una persona percibe que puede ser aceptada o amada solo si su desempeño es perfecto.
Desde niño, se recibe la impresión de que para ser aceptado es necesario sobresalir en algún aspecto. Pareciera que se esta midiendo el desempeño y comparándolo con el de otros. Se le pide a un niño ser igual o mejor que su primo o amigo; se le pide a una persona tener los resultados de la otra; se le pide a una mujer que se comporte como tal otra. Es como si todo mundo estuviera empeñado solo en ver el desempeño de los demás.
Entonces los niños crecen creyendo que solo si tienen un buen desempeño podrán ser felices. Acá es donde se forma el circulo vicioso: Una persona intenta ser mejor y fracasa, lo intenta de nuevo y vuelve a fracasar, e intenta, intenta, y vuelve a fracasar.
La única forma de salir de este círculo es cuando se entiende de que nuestra aceptación no depende de nuestro desempeño. Al mundo solo le importa nuestro desempeño, pero eso no significa que a nosotros deba importarnos (al menos no debiera importarnos demasiado). Porque muchas veces nos enfocamos en nuestro desempeño en lugar de nuestro valor como personas. Para empezar debemos aceptarnos a nosotros mismos a pesar de no tener el desempeño que desearíamos tener.
Ese es el primer paso, auto-aceptarse. El segundo paso es aceptar a los demás a pesar de que no son perfectos. Solo entonces, seremos felices.
Desde niño, se recibe la impresión de que para ser aceptado es necesario sobresalir en algún aspecto. Pareciera que se esta midiendo el desempeño y comparándolo con el de otros. Se le pide a un niño ser igual o mejor que su primo o amigo; se le pide a una persona tener los resultados de la otra; se le pide a una mujer que se comporte como tal otra. Es como si todo mundo estuviera empeñado solo en ver el desempeño de los demás.
Entonces los niños crecen creyendo que solo si tienen un buen desempeño podrán ser felices. Acá es donde se forma el circulo vicioso: Una persona intenta ser mejor y fracasa, lo intenta de nuevo y vuelve a fracasar, e intenta, intenta, y vuelve a fracasar.
La única forma de salir de este círculo es cuando se entiende de que nuestra aceptación no depende de nuestro desempeño. Al mundo solo le importa nuestro desempeño, pero eso no significa que a nosotros deba importarnos (al menos no debiera importarnos demasiado). Porque muchas veces nos enfocamos en nuestro desempeño en lugar de nuestro valor como personas. Para empezar debemos aceptarnos a nosotros mismos a pesar de no tener el desempeño que desearíamos tener.
Ese es el primer paso, auto-aceptarse. El segundo paso es aceptar a los demás a pesar de que no son perfectos. Solo entonces, seremos felices.
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