¿Porque un animal tan grande como el elefante, puede temer tanto a un simple canguro? Recordando a Horton, un elefante con una imaginación enorme y un sentido de responsabilidad igual de grande, se topa con una insignificante cangura que no cree en lo que dice, lo contradice, lo desvirtúa y luego le obliga a ocultar sus ideas ¿Suena conocido?
En lo personal, existen dos clases de personas: los elefantes y los canguros.
Los elefante tienden a ser personas idealista, que siempre andan soñando, con una sed y una pasión por realizar nuevas cosas, tener nuevas aventuras, emprender nuevos negocios. Y en contraparte tenemos a los canguros, aquellos que se dedican a preservar el status quo de todo, pretenden tener el control sobre los demás y que se haga lo que ellos digan.
Separados, no hay inconvenientes. Lo lamentable es que los canguros siempre buscan destruir las ideas de los elefantes, por muy buenas que sean las ideas, los canguros tienden a ser convincentes en sus ideales y terminan arruinando a los demás. En el mundo de la comunicación estos señores se llaman detractores.
Si todo el mundo tuviera la imaginación y determinación de los elefantes, el mundo sería fantástico. Pero quien lo arruina son los canguros. Los canguros pueden disfrazarse de muchas cosas: novias, padres, maestros, pilotos de automóviles, jefes, policías, políticos.
Lo triste es que los elefantes son una especie en extinción, devorada por las ideas preconcebidas de los canguros. Pero lo que no saben los canguros, es que los elefantes son más fuertes y peligrosos que dos patas que saltan mucho.
Cuidado, si los canguros no se cuidan, terminarán siendo alfombras.
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