¿Alguna vez hemos sentido como que de verdad nos pasamos de tontos esta vez con alguien? Se podría decir que los humanos tenemos la cualidad de ser más idiotas de lo que regularmente hemos llegado a ser.
Todos sabemos que como personas de la actual sociedad, estamos inmersos en gran cantidad de conexiones sociales. Conocemos a una gran cantidad de personas (máximo 150 personas) de las cuales podemos decir que tenemos una relación saludable.
En este selecto grupo de personas existen dos tipos que son bastante cercanos: familiares y amigos.
Con los familiares no hay ningún inconveniente fuera de lo normal, las riñas y desacuerdos son regulares, pero es familia. Con los amigos es algo muy diferente.
La familia aguanta mucho, pero los amigos son personas extrañas a nuestra familia que se han arriesgado a apreciarnos por lo que hemos demostrado ser, con palabras y acciones. Son personas que muchas veces escapan de su realidad al reunirse con nosotros y sonreír por unos minutos que pasemos juntos.
Lo peor que puede hacer una persona y por lo que merece la muerte más dolorosa y humillante que puede existir es lastimar a un amigo.
La gran desventaja es que nuestra mente esta diseñada para lastimar a medio mundo sin siquiera darnos cuenta de lo que estamos haciendo. No necesitamos esforzarnos para lastimar a alguien y lo más doloroso del asunto es que regularmente dañamos a quienes nunca se lo merecen.
Como ser humano no estoy exento de esta situación.
Anoche, en mi insistente necedad de ser cortés con las demás personas, olvidé por completo que llevaba a mi lado a alguien que se merecía toda mi atención y a pesar de ello, lo olvidé. No existe excusa alguna que pueda justificar que haya cedido el asiento desocupado frente a mí a una desconocida que a una de mis mejores amigas de toda la vida.
Y aquí estoy, tratando de soportar la culpa que parece no querer desaparecer por un instinto. Por supuesto no me quita el aliento, pero aún así tengo la sensación de que no puedo hacer nada aún para disminuir el daño que he provocado en ella, como en mi.
Este post tiene nombre y apellido. Sé que no volveré a olvidarme de a quien tengo a mi lado jamás. Lo siento mucho amiga.
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