No es novedad para nadie que aún esté soltero. Tampoco es novedad que soy joven y apuesto. Y mucho menos es novedad que tengo mucho por hacer en esta corta vida que tenemos. Pero lo que si es novedad es que al fin tengo 24 años.
No creo que exista una gran diferencia llegar a los 24 años, salvo que a partir de este punto empieza la vida de cualquier persona, la verdadera vida: a partir de este momento el adolescente interior ya ha muerto, la inconformidad debe haber muerto y la mediocridad está en camino de desaparecer.
¿Que falta por hacer?
Empezar a vivir la vida real.
No necesité hacer nada para empezar a verla de otro modo. Desde el lunes empezaron a dejar mensajes (que fueron dominantes en esta ocasión) y una llamada muy especial a las 8 AM. Simplemente no puedo dejar que la vida me gane otra ronda, es mi tiempo de darle un gancho al tiempo y dejar atrás lo que aún debe quedar atrás.
Sé que la vida no podrá ser igual que cuando tenía 23, pero no me asusta ni me intimida, me emociona saber que dentro en menos de un año habré rondado un cuarto de siglo y ya serviré para entrar en una hamburguesa doble.
De ahora en adelante, a tragarse la vida a mordidas y pellizcos.
Comentarios
muera y la mediocridad intenta camuflarse. Seguramente la vida no sera igual que cuando tenias 23 pero tampoco sera igual hoy que mañana. Sólo consiste en dejarse llevar...