Por extraños azares del destino, voluntades externas y circunstancias que aún no me quedan clara del todo,tuvimos la oportunidad de compartir nuestra casa con una familia que no es de la familia, pero casi. Once personas viviendo en una casa que inicialmente fue concebida para seis personas y que hizo darme cuenta de que hay cosas que solo tu y tu familia conocen.
En casa tenemos dos frases famosas. La primera podría aplicarse a cualquier otra familia. La típica "... de aquí no sale lo que aquí se dice". La segunda puede resultar bastante inquietante para los adolescentes y hombres amañados: "En esta casa no hay secretos". Mi familia a sabido sobreponerse a cualquier situación que el mundo nos ha aventado bajo estas dos premisas.
Resulta que en mi familia lo discutimos todo como familia. Desde el color sabor de pastel que comeremos el domingo, hasta que acción legal debemos tomar. En otras palabras, en mi familia nos comunicamos todo el tiempo sobre todos los temas relevantes y no relevantes para uno o todos los miembros de casa.
Si alguien no tiene dinero, vemos como llenamos ese hueco. Si alguien tiene problemas con su pareja, entre familia lo discutimos. Cualquier acción por pequeña o grande que sea, siempre será discutida. Nada se menosprecia. Todo es importante.
¿Como logras cosechar una comunicación tan fluida en una familia? La base es la confianza. En mi familia confiamos en que seremos transparentes y que nadie, por ningún motivo, dirá nada a ninguna otra persona que no viva en casa, porque nuestra casa es nuestro refugio, un lugar en donde podemos ser escuchados y también aportar nuestra opinión.
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