Todos tenemos días buenos y malos. En mi caso son más lo buenos que los malos días. Pero de que tengo malos días, los tengo. Si todos los tenemos, entonces ¿Que son los días malos?
¿A que me refiero con días malos? Bueno, de esos días en que andas de mal humor: que sales tarde del trabajo por una absurda razón, que el tráfico te atrasa, que no te pagaron, que tus padres te regañaron, que no llevas suficiente dinero, que se te olvidó la tarea o que olvidaste las llaves en la oficina y ya la cerraron. Esos días.
En mi caso, la molestia de esos días dura algunos minutos o incluso un par de horas. Algunos salen de su cama y pasan todo el día mal humorados, y algunos otros tienen la mala pata de malhumorarse al tener un dolor de cabeza, o porque lo empujaron en el metro.
Todos tenemos días malos, la diferencia es que hay personas que los saben manejar y otras no.
En mi caso, el mal humor me dura algunos minutos o un par de horas como máximo, pero durante estos minutos pareciera que soy la persona más odiosa en el mundo (incluso más odiosa que los políticos mentirosos). Tal parece que cuando te pones de mal humor odias a todo mundo: los pasajeros del autobus, los policías, los vendedores de chicles, los niños que juegan en el parque.
El problema real no es el mal humor, es qué haces con el mal humor. En más de una ocasión, el mal humor ha logrado ponerme en aprietos al poner una situación tensa con alguien que me empujó accidentalmente en el bus o al pasar bruscamente entre la gente que no se mueve por donde debo caminar.
Pero el mal humor es más dañino que eso: debemos estar conscientes de que hemos lastimado a alguien cercano durante nuestros episodios de ira. La reacción que tenemos generalmente es una respuesta grosera a nuestros padres o hermanos, un insulto a nuestros amigos e incluso hemos ofendido a alguien al querer desahogarnos con ellos.
Estos comentarios son tan perjudiciales, que me he visto envuelto en situaciones en donde casi arruino una buena amistad por esto y debo pedir una disculpa extrema ante tal comportamiento muy extraño en mi. Es triste, pero muchos pleitos de familia y relaciones de amigos o parejas han sido arruinadas por un episodio de mal humor.
¿Cómo puedo terminar con el mal humor?
Yo tengo un método eficaz para curar mi mal humor: comida y charla. Cuando ando de mal humor, solo necesito encontrarme a una persona conocida que me agrade para que todo mal espíritu desaparezca con una sola sonrisa o un chiste muy bueno. También un antojo puede deshacer este hechizo al satisfacer un deseo que debe superar la causa que provocó el mal humor. Ejemplo: si salí tarde porque el jefe me atrasó, ordeno unos deliciosos shukos.
No me he topado con alguien que no pueda controlar su mal humor con buena comida o con encontrarse a alguien querido. En mi caso funciona. Sino pregúntele a mis amigos.
Lo cierto es que todo mundo tiene sus episodios al estilo Mr. Hyde en que su monstruo interior sale a la luz para destruir todo lo que quiere y cuando regresa a la normalidad, el Dr. Jekyll tiene que reparar todos los daños y aislarse del mundo.
¡A controlar al señor Hyde!
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